miércoles, 30 de enero de 2008

DIAS EXTRAÑOS O TODO ME PASA A MI.

Saludos. Quiero cerrar el mes de enero contándoos un día extraño que pase la otra semana. Y es que, a veces, pasan cosas raras a tu alrededor, tan raras que te preguntas, ¿me pasa esto solo a mi?, supongo que no, que simplemente hay días y días.
De todas formas también estoy convencido de que unos tienen más imán que otros para este tipo de sucesos.
Hace muy poco, tuve una jornada bastante anormal. Durante todo el día y parte de la tarde tuve complejo de puñetero hombre invisible, allí donde iba todos me ignoraban, daba los buenos días y nadie me contestaba ¿qué pasa?, pedía algo y nadie me hacia caso, era desesperante. No quise darle más importancia y decidí acabar con el día de la mejor forma posible. Pero día tan extraño no podía terminar así, debía de tener un colofón más a la altura de las circunstancias.
Como decía, al querer dar boleto al día me fui a la clase de thai, un poco de deporte y a dormir. Camino del gimnasio, vi un “chino” abierto y entre a comprarme un acuarius.
Os juro que jamás había entrado en esa tienda, pero eso no era lo que pensaba la china que estaba de dependienta, pues al verme enloqueció.
Comenzó a gritarme: “tu me debe dinelo”, yo estaba perplejo, ¿qué?, perdona chica pero te estas equivocando, a lo que ella me respondía: “no, no, tu me debe dinelo”, yo trataba de explicarle que era primera vez que entraba en el establecimiento, no había manera, “tu me debe dinelo”, la cosa empezó a perder la gracia cuando la tienda comenzó a llenarse de gente, y la jodida dependienta no cesaba en su obsesión, “hace tiempo, que complaste y me dejaste a debel dinelo”, y yo, ¡que no chica, que te equivocas!, “tu me debe dinelo”, al final, cabreado salí de aquella maldita tienda con la frase de la china resonando como una letanía en mi cabeza, “tu me debe dinelo”.
Que mosqueo llevaba señores, era lo que me faltaba, menos mal que mis amigos David y Montse me invitaron a cenar, un rato con ellos, unas risas, todo olvidado, lo ultimo que me quedaba por hacer era comprar coca colas para cenar, así que me fui a un bar que me pillaba de paso, esto se suponía que era lo ultimo que debía de hacer para cumplir la jornada.
Entre en el bar lleno de gente, y dirigiéndome al camarero le pregunte: ¿tenéis latas?, a lo que me respondió: si, ¿cuántas quieres?, seis de coca cola, respondí.
El camarero se marcho a por la bebida y yo me quede de pie junto a la barra esperando.
A mi derecha sentado en un taburete, había un hombre de espaldas que se giro hacia a mi, y con voz ronca me dice: ¿la has cerrado?; yo me estremecí, sin saber que decir, ¿qué esta pasando?, ¿dónde me he metido?, pero era real, alli estaba aquel extraño mirándome con profundidad y esperando una contestación. Yo, con voz temblorosa
Le pregunte: ¿si he cerrado el que?, entonces reacciono y me dijo: a no, perdona, me he equivocado, y volvió a darse la vuelta. Yo alucinaba, ¿qué más me pude pasar hoy?, cogi las latas y me fui a cenar, pronto termine con ese día maldito y gracias a dios, al día siguiente todo volvió a su sitio, ya no era el hombre invisible, ningún chino me reclamo nada y la gente no me hacia preguntas para las que no tenia respuesta, que maravilla.
En fin, espero que este largo mes de enero haya sido interesante, saludos a todos (en especial a mi gente de Madrid y valencia) desde el NANOBLOG. Un abrazo. Nano.

2 comentarios:

al dijo...

Hoy puede ser un mal dia planteatelo asi.........

saludos nano.

nano dijo...

ya lo se al, pero reconoce que tengo un imán para estas cosas cojonudo. un besazo a la enma la chiqueta mes bonica.