lunes, 11 de mayo de 2009

ATAPUERCA, EL ENCUENTRO PRIMITIVO.







EL HALLAZGO INCREÍBLE.
Todo comenzó a finales del siglo XIX, cuando una empresa británica decide construir una línea ferroviaria para el transporte de carbón a Burgos desde una mina.
Sobre un mapa dibujan una línea para la vía y se ponen manos a la obra. Fue entonces cuando la casualidad mágica de la vida quiso poner en ese trazado una montaña muy especial.
Cuando los trabajadores se toparon con la montaña abrieron una brecha partiéndola por la mitad, creando un pasillo espectacular que en algunos puntos, alcanza el titulo de auténtico desfiladero.
Ocho años después la empresa quiebra y con ello la zona queda abandonada. Por allí ya no pasaba nadie, solo aldeanos o pastores casuales, no obstante crecieron rumores entre los lugareños, al parecer se decía que por la zona y en las cuevas se podían encontrar huesos de animales y así de rumor en rumor nos vamos hasta los años setenta.
Un estudiante al corriente de lo que se decía, decide investigar la zona para completar su tesis sobre el oso cavernario, el joven encuentra huesos del oso y además, una extraña mandíbula que a simple vista asemejaba humana. Al entregar todo este material junto a la tesis, el profesor contuvo la respiración ante los fósiles que tenia ante sus ojos, fue entonces cuando se tomo conciencia de la importancia de la zona y de la necesidad de una excavación que daría como fruto, sacar a la luz uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo declarados bien del patrimonio de la humanidad en el año 2000.

¿POR QUÉ?.
la montaña en cuestión esta formada por piedras calizas y areniscas del Cretácico Medio Superior (80 y 100 millones de años), un mineral bastante blando que favoreció en la antigüedad remota la formación de increíbles cuevas, cavidades y pasos de ríos subterráneos, la brecha del tren dejo al descubierto un corte trasversal de una red de galerias gigantescas.
Cuevas que han ido encapsulando el tiempo poco a poco, los sedimentos que entraban en estas enormes simas iban cubriendo lentamente la cavidad enterrando los vestigios de aquel momento, este fenómeno se ve a simple vista observando en el corte transversal los diferentes estratos, cada uno de una época, como en los círculos de un árbol.
Cada franja de esos estratos encierra un trozo de tiempo que se nos escapa casi a la imaginación, por ejemplo en las capas (de un metro más o menos de anchura) más profundas es decir más antiguas se han encontrado fósiles de elefantes, hipopótamos, rinocerontes y bóvidos, revelando un clima templado, sin embargo metros más arriba tenemos fósiles de otros animales muy diferentes: tigres dientes de sable, osos cavernarios, búfalos, etc.
Animales característicos de los climas fríos, pensad que en pocos metros se ha vivido un cambio climático y con ello un cambio de fauna y flora, ¡que sensación de humildad! Nuestro efímero paso por la tierra.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ATAPUERCA.
Pero la importancia de la sierra de Atapuerca va más allá de los abundantes restos fósiles de animales espectaculares, su fama mundial se debe a los hallazgos de antepasados humanos, dos tipos distintos y evidencias de herramientas de un tercero el Neandertal.
El primero y más antiguo que marca el descubrimiento de una nueva especie es el Homo Antecesor o explorador, recibe este nombre por los Antecessor romanos, primera línea de exploradores del terreno.
Su antigüedad es de 800.000 años, el cráneo es de un niño y muestra además síntomas de canibalismo.
El siguiente es el Homo heidelbergensis, de esta especie se ha encontrado el mayor numero de fósiles del mundo un 90%, esqueletos completos, herramientas, etc. La putada es, que no fueron los primeros restos óseos encontrados, los primeros se hallaron en Heidelberg (Alemania), si no estaríamos hablando por derecho propio del Homo Atapuercensis.
Sus restos tienen 300.000 años de antigüedad, alcanzaron fama mundial por el hallazgo en 1992 de Miguelon, llamado así en honor a Indurain. Es el cráneo más completo encontrado hasta el momento, prácticamente es perfecto y revela el rostro inquietante de uno de nuestros antepasados, con las marcadas diferencias que lo hacen ligeramente diferente a nosotros.
La sierra de Atapuerca es el emplazamiento humano que se conoce más viejo de Europa, abarca la historia de un millón de años. Un sitio sin duda especial, desde tiempos remotos.
Un libro que contiene la historia de nuestro ultimo millón de años.

LA VISITA.
Cuando se visita Atapuerca vas a varios sitios repartidos entre los pueblos de Ibeas de Juarros y Atapuerca (a unos 18 kilómetros de Burgos), entre ellos se distribuyen las instalaciones. En Ibeas de Juarros esta la sede, una recepción para visitantes y un parque arqueológico. En Atapuerca el centro de visitantes acoge una exposición sobre el tema (pero no esperéis ver gran cosa hay pocos restos pues casi todos están en laboratorios), desde aquí parte el autobús que te lleva al yacimiento a la trinchera, colofón final a la visita.
Te reciben mediante cita previa por teléfono, cuando estas allí visitas el parque arqueológico, una especie de parque temático sobre la prehistoria, muy infantil para mi gusto pero perfecto para ir con los peques, vemos como se fabrican en vivo herramientas de piedra, como se caza y como comenzó el fuego. Repito es muy infantil, perfecto y recomendable para que tus hijos aprendan lo básico viviéndolo en vivo, pero si te mueve el amor a la prehistoria y a la arqueología, te puedes sentir un poco jilipollas.
De todas formas ahí que alabar a la Junta de Castilla y León junto a todas las personas que integran el equipo, la labor que están realizando, vender prehistoria no es fácil, es poco atractivo visualmente, un yacimiento de fósiles no te dice nada, es aburrido solo ves tierra cortada milimétricamente, no hay prácticamente nada que enseñar, ni cerámica ni utensilios, solo monótonas herramientas talladas en vulgares piedras, la única imagen posible es la típica de los cavernícolas haciendo fuego o papeandose una gacela en la entrada de la cueva, poco glamour.
Pero lo tienen bien montado, las guías están muy preparadas y consiguen de alguna forma que todo te sea ameno.
Por fin sale el autobús rumbo al yacimiento, el momento más esperado.
Impresiona la trinchera (así le llaman al paso del antiguo tren), y enseguida llama la atención la enorme estructura de andamiajes que abrigan en vertical la conocida sima del elefante. También mencionar los techos de estructura metálica para proteger la excavación, son impresionantes y te dan la sensación de estar en un sitio especial.
En la sima del elefante se ven perfectamente los estratos que os mencionaba (ver foto), han aparecido numerosos animales y herramientas humanas de un millón de años de antigüedad, sus paredes están marcadas por los arqueólogos con cientos de etiquetas, para seccionar y llenar cada pedacito de tierra con su información correspondiente, increíble.
Al fondo se puede visitar la gran dolina, de estructura y magnitud más grande que la primera, la excavación es enorme y eso que solo vemos la punta del iceberg, pues hay muchos más yacimientos en Atapuerca y muchos más accesos a la montaña que no vemos, como la famosa sima de los huesos, que deseas ver con toda tu alma, pero al estar allí te das cuenta de que es imposible visitarla a nivel turístico.
La sima de los huesos es una trampa natural, esta repleta de huesos de animales, tan repleta que ralentiza las investigaciones ya que en esa misma sima es donde se han hallado esqueletos enteros de heidelbergensis. Quizás porque en la antigüedad se tomo conciencia de ella como fosa común, ¿quién sabe?
Para llegar hasta la sima has de descender por un angosto pozo vertical varios metros para llegar a una oquedad donde solo puedes permanecer un par de horas ya que se agota el oxigeno, como veis no es un lugar para llevar a los peques o a la abuela.
Evidentemente, el entrar en esta sima es un privilegio inalcanzable para un profano como yo.
¡lastima!
Como dato gracioso contaros la cara de terror y angustia que ponían los niños cuando la guía tan tranquila contaba: que las evidencias de canibalismo era gracias a restos de niños entre ocho y once años, que habían sido comidos y luego raspado los huesos para no dejar ni “plin”.
En fin ha valido la pena, es algo que tenemos muy cerca y hay que visitar, tenemos un bien de la humanidad a tiro de piedra ¡UGH!.

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