jueves, 21 de febrero de 2008

ENTER IN THE WONDERFUL WORLD OF AMAZING LIVE, THE SEA MONKEYS By Nano




… o el mundo de los monos marinos que en España se llamaron monstruos marinos.
Los monstruos marinos son el reflejo de tiempos ya pasados, épocas en las que recibías de vez en cuando a casa un catalogo de lo más absurdo que se ha visto jamás. En este catalogo se vendían gafas de rayos x, la ilustración que acompañaba la venta de estas gafas era cojonuda, según el dibujo podías ver a un pollo todavía dentro del huevo, a las chicas en ropa interior y lo más alucinante, la intimidad de los vecinos a través de las paredes, increíble, vaya farsa. También vendían fantasmas, ¡TENGA SU PROPIO FANTASMA EN SU CASA! Rezaba la leyenda con la que publicitaban el producto, para comercializar esto si que había que tener huevos, vaya jeta, te enviaban un certificado en el que describían la personalidad y la historia del supuesto ente, una bolsa llena de aire donde se suponía estaba el alma en pena, y un ritual para abrir la bolsa. En este marco sicotronico se vendían los monstruos marinos.
Yo tenia doce años cuando me creía aquel catalogo a rajatabla, me fascinaban todos los productos, pero me llamaban más que nada la atención los monstruos, con aquella ilustración en la que se ven seres acuáticos con rasgos humanoides conviviendo en una especie de utopía donde todos son felices y simpáticos. En el dibujo también se mostraba la vivienda de estas criaturas, un castillete que ya quisiera don Rodrigo.
Yo quería fundar esa colonia de paz y amor al precio que fuera, por eso, tras insistir a mi madre reiteradamente, por fin “pobrecita”, me compro por correo mi primera remesa de monstruos marinos (no seria la ultima).
Después de una espera eterna llegaron los monos de mar a mi casa, fue increíble, que nervios, con un cuidado de cirujano abrí la caja para extraer lo siguiente: una pecera ridícula que se asemejaba más a un florero de Ágata Ruiz de la Prada que al castillo de mis sueños, un librito de instrucciones en ingles (sobra comentar mi nivel de ingles con doce años en la España de 1982), y un misterioso paquete que contenía tres sobres herméticamente cerrados, ¿estaban allí esos fabulosos seres?.
En el primer sobre se leía: SEA MONKEYS FOOD, en el segundo CLEANING WATER, y en el tercero INSTANT LIFE. Ayudado por las ilustraciones del librito de amarras, descubrí que tras llenar el envase de plástico de agua, había que purificarla con el segundo sobre 24 horas, otra espera interminable. Luego al día siguiente y teniendo claro que el primer sobre era de comida para las criaturas, vertí en el agua el tercer sobre: INSTANT LIFE.
El agua comenzó a ensuciarse de una sustancia lactosa, una nube de suciedad que lentamente se posaba en el fondo, y dejaba al descubierto unos pequeños puntos blanquecinos que indudablemente tenían vida propia.
Con el paso de los días aquellos puntitos iban creciendo y cada vez creía que se parecían más a los dibujos del catalogo, ¡que bonita es la imaginación de un niño!, solo por eso creo que valió la pena el comprar semejante engaña bobos.
Los monstruos de mar no son más que unos diminutos gusanos como podéis ver en la foto, pero no importa, importa el tio que ideo esta magistral forma de vender bichitos, ¿cómo se le ocurriría?, y sobre todo importa el ver como a un niño se le puede disparar la imaginación con esta tontería.

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